Saturday, April 08, 2006

¿Qué es un Júnior?


“Soy un pequeño lápiz en la mano de un Dios escritor que está enviando una carta de amor al mundo”
Madre Teresa de Calcuta
Cuando por primera vez me invitaron a ser parte de la Cámara Júnior, me sentí muy honrado. Yo crecí en lo que para la década de los 70s era un barrio popular de Quito: la Tola. Cuando tenía unos cuatro o cinco años, mi tía, que para la época apenas llegaba a culminar su adolescencia, fue electa Reina del Barrio y en solemne ceremonia el entonces Alcalde de la ciudad, el Arq. Sixto Durán Ballén, la coronó e invitó a ser parte del desfile de la confraternidad que se realizaba como parte del programa de fiestas de Quito a lo largo de la calle Guayaquil.
Uno de los recuerdos más claros que tengo era lo grande que me parecía el Alcalde de Quito, creo que llegué a pensar que para llegar a su cargo uno debía crecer bastante, pero también recuerdo que él llegó con una nutrida comitiva en la que destacaban unos señores con terno oscuro, algunos con lentes de marco negro de carey y en cuyas solapas destacaba un escudo en forma de triangulo invertido, con fondo azul y el dibujo de un mundo.
Mi madre, me decía que ellos eran amigos y colaboradores del alcalde y que algunos de ellos eran empresarios y gente de mucho dinero y prestigio dentro de la ciudad. Recuerdo borrosamente que pregunté a uno de ellos, ¿por qué tenían todos los sellos iguales en la solapa? Y me contestó “Somos de la Cámara Júnior”. En aquel momento, se creó el sueño, yo deseaba ser de la Cámara Júnior, para ser como ellos.
El tiempo pasó y me invitaron a ser parte de la Cámara Júnior, encontré en las fotos de los Past Presidentes, algunos rostros que me recordaban mi infancia, pero por sobre todo, encontré la oportunidad de crecer personalmente, de creer que podemos hacer algo por este mundo, de formarme como un líder con valores, de ser un héroe para mi hija y por supuesto, de llegar con mis hermanos, con mis camaradas a muchos lugares con un sin número de necesidades y que los niños encuentren en los miembros de la JCI Quito, una inspiración y, quien sabe, alguno diga “cuando sea grande, quiero ser de Cámara Júnior”
A lo largo de los doce años que he estado en esta institución me han preguntado muchas veces ¿qué es un júnior? La respuesta más lógica que se me viene a la mente es “un júnior es un líder y por ende un mejor ciudadano”. La teoría básica de la Cámara Júnior hoy conocida como JCI por sus siglas en ingles (Junior Chamber International), su razón de ser, es que todos los seres humanos somos lideres en potencia y como tales, somos susceptibles de potencialización y mejora. El objetivo está en crear no necesariamente líderes políticos o gubernamentales, la JCI cree que debemos comenzar siendo líderes en casa, en la célula básica de la sociedad, en la familia y enseña a sus miembros que deben preocuparse cuando sus hijos digan que admiran a otro personaje que no sea su padre o madre.
El miembro de la JCI, mejor llamado simplemente “Júnior”, es el producto de su propia preparación e inspiración personal. Dentro de esta organización, los jóvenes hallan herramientas que los llevan a ser mejores ciudadanos. Mas allá de esta retórica, encontramos que una de las principales enseñanzas de la JCI es el reforzamiento de la teoría de Hobbes “el hombre es un ser político” y como tal, la necesidad de forjar su liderazgo ofreciéndole herramientas que van desde la pérdida del miedo a hablar en público, hasta el manejo de los procedimientos parlamentarios, pasando por la habilidad de negociar, la creación del sentido de colaboración comunitaria y la profundización del concepto de ciudadanía global.
El programa de capacitación del júnior se establece en cuatro áreas fundamentales de oportunidades: Area de oportunidades del individuo con la formal instrucción en diferentes campos incluido el desarrollo de la capacidad de capacitar a los demás, dentro de este campo se desarrolla además la capacidad administrativa dotando al miembro de oportunidades de planificar y manejar presupuestos, programas, etc; el área de oportunidades en la comunidad, con la aplicación de lo aprendido en programas de desarrollo comunitario que el mismo miembro planifica y ejecuta; el área de oportunidades internacionales que le da al miembro una amplia perspectiva acerca de la ciudadanía global y el conocimiento de las culturas existentes en el mundo; el área de oportunidades en negocios, que le brinda al miembro la perspectiva de ser activo participante de los procesos económicos del país.
Parte de la filosofía de la JCI es el calificarla como un supermercado de oportunidades que se presentan frente al miembro, quien puede tomarlas o dejarlas pasar. Alguien definió a la JCI como "la universidad de la vida" este es un simil que se explica por el hecho de que tal como la vida tiene un inicio y un final, así mismo la JCI marca un inicio y un fin, los 18 años y los 40 años, y tal como en la vida las oportunidades dentro de la JCI se presentan una sola vez, de tal manera que está en cada individuo el aprovecharlas plenamente.
El júnior en suma, es un líder que día a día se reinventa y mejora, es el producto de un sistema de formación informal que busca en última instancia formar lideres que a la vez sean mejores ciudadanos y que tengan valores y principios inspirados en la fe en un ser supremo, la hermandad de la humanidad, en la justicia económica, en la supremacía de las leyes, en la personalidad humana como un tesoro y en el servicio a la humanidad como la mejor y talvez la única obra que vale la pena en la vida.